Al entrar y mirar sus muros, ellos percibirán que yo conozco la historia de ignominia.
-Me dice Sarita, ya se trasminan sus techos y paredes.
Donde vaya Sanidad, un día de estos, pueden exigir la demolición de la mayor parte de la casa, como que ya las guarniciones, así como sus arcos y pilares están algo cuarteados.
Se han caído trozos del revoque del techo.
Vaya, ¡antes de que la destruyan!
-Pienso, yo no sé me rajar, sólo que esa casa ya está agonizando, esta rezumando su dolor.
A que voy, peligro y me dé un zarpazo, tiene con qué.
Y Sarita…
- ¿Cuando quiere ir? Tita aceptara que la visite, le digo que nos conocemos de años, yo le doy sus vueltas, así que estoy segura que aceptara.
- ¿Cuándo vamos?
Mire, hágalo como un acto de amor cristiano para Tita, todas las religiones piden visitar a las personas enfermas y desvalidas.
¿A poco tiene miedo?
Y dentro de mi pecho, la sangre agolpándose frenéticamente, como los pasos presurosos de un ejercito de ciempiés… ¿que digo?, ¿que digo?
- Sabe Sarita, como usted contó que ahí se hacían brujerías y conjuros, pues que cree…
No puedo ir, ¡mi religión me lo impide!
Leonsito - Relato IV Represión y crímenes en El Salvador
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-Leonsito
A la sombra protectora del Hogar del Niño, donde los juegos infantiles se
mezclaban con el rumor de los oficios, vivía un muchacho de q...
Hace 53 minutos

Hola cielo muchisimas gracias por tu comentario en mi blog de apoyo y animos
ResponderEliminarun beso muy fuerte