AMIGA
Me visitó un día.
Un día soleado, en que mi casa sonreía con las ventanas abiertas.
Me vino a dar las gracias por un favor que tiempo atrás yo le había hecho.
Platicó brevemente.
Aunque sabía, que solo era su espíritu, la quise detener.
Alargue mi brazo y la pude asir.
Me dijo, suéltame, sabes que me tengo que ir.
Nuestra amistad fue de años.
Se fue tal como llegó, de manera inesperada.
Por la puerta abierta, de par en par.
Mi brazo quedo helado, hasta el hombro, como dormido.
Solo fué un breve, brevísimo contacto, en que la puede atrapar.
Cárceles clandestinas
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Diálogo en los abismos
He hablado a solas
Con el excremento
En una celda fría
Que olía a infierno.
Cambié mis palabras
Por jergas de...
Hace 17 horas
Te comprendo a la perfección, ese es el mundo real que existe y del que nos olvidamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar.