AMIGA
Me visitó un día.
Un día soleado, en que mi casa sonreía con las ventanas abiertas.
Me vino a dar las gracias por un favor que tiempo atrás yo le había hecho.
Platicó brevemente.
Aunque sabía, que solo era su espíritu, la quise detener.
Alargue mi brazo y la pude asir.
Me dijo, suéltame, sabes que me tengo que ir.
Nuestra amistad fue de años.
Se fue tal como llegó, de manera inesperada.
Por la puerta abierta, de par en par.
Mi brazo quedo helado, hasta el hombro, como dormido.
Solo fué un breve, brevísimo contacto, en que la puede atrapar.
La celda es un paraíso
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La celda es un paraíso
de la muerte.
Donde nace
la oscuridad del silencio
y el llanto misericordioso de la utopía
se vuelve cierto.
Con las mano...
Hace 4 horas

Te comprendo a la perfección, ese es el mundo real que existe y del que nos olvidamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar.