AMIGA
Me visitó un día.
Un día soleado, en que mi casa sonreía con las ventanas abiertas.
Me vino a dar las gracias por un favor que tiempo atrás yo le había hecho.
Platicó brevemente.
Aunque sabía, que solo era su espíritu, la quise detener.
Alargue mi brazo y la pude asir.
Me dijo, suéltame, sabes que me tengo que ir.
Nuestra amistad fue de años.
Se fue tal como llegó, de manera inesperada.
Por la puerta abierta, de par en par.
Mi brazo quedo helado, hasta el hombro, como dormido.
Solo fué un breve, brevísimo contacto, en que la puede atrapar.
Tu ausencia espiritual de amar
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Tengo aquí
En el escritorio
Un argumento
Que sucumbe siempre
Que me sumerjo
A abrazar el silencio
¿Sabés?
La ironía es un don
Que me desn...
Hace 9 horas
Te comprendo a la perfección, ese es el mundo real que existe y del que nos olvidamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar.